ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA DE RAIFFERSHARDT

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA DE RAIFFERSHARDT
Oración a María: Amada madre envuélveme con tu manto amoroso y ruega por mi ante el Trono del Eterno para ser feliz y tener abundancia de todo lo bueno para cada día de mi vida. Amén

jueves, 4 de noviembre de 2010

La libertad: ¿una limitación divina?

Dios es nuestro Padre y como tal siempre está a nuestro lado, apoyándonos, animándonos, ayudándonos y sobre todo amándonos. Tan sólo hace falta un acto tan sencillo como pedirle ayuda para que Él se ponga inmediatamente en camino para acudir en nuestro auxilio. Así es Él, la lástima es que nos lo hayan pintado de otra forma, pero que lo pinten de otra forma no significa que sea así. Hemos de tener confianza en que Él nos ayuda y en que por encima de todas las cosas, al ser sus hijos, quiere que seamos auténtica y plenamente felices en nuestra vida, todo lo que no sea seguir este camino, en realidad es algo no deseado por Dios.

Entonces, a uno le surge la pregunta de porqué entonces lo permite. La respuesta es sencilla, de los males de la humanidad tan sólo existe un único responsable, el ser humano. Dios nos ha dado el mayor don que se puede dar para decidir y actuar, este Don es la LIBERTAD. Con ella podemos decidir convertir la Tierra en un paraíso lleno de alegría, unión con los demás, felicidad, ... o en un auténtico y tremendo infierno presidido por el egoísmo. Esa es nuestra elección. Si realmente Dios es nuestro Padre sin límites ni limitaciones, si en Él está el Amor, cómo podría un padre amoroso hacer daño a su hijo...

El castigo divino es algo que alguien nos ha "vendido" porque el miedo produce sumisión y esa sumisión conlleva una pérdida de la propia libertad, una limitación en nuestra vida y que ese otro ser humano, un igual a mi, diga lo que yo tengo que hacer en mi vida bajo la pena de un castigo si no lo hago es algo sospechoso. Sin embargo, si nos consideramos hijos de Dios, nuestro mayor don como he dicho, es la libertad, y los hijos libres de Dios no están sometidos a los otros sino unidos a ellos a través del amor hacia uno mismo, hacia los demás y hacia Dios. Una persona tan sólo puede ser limitada en su vida, en sus acciones si esa misma persona desea que así sea, yo sólo acepto un regalo si así lo deseo, sino el regalo es tuyo. Por tanto, alguien tan sólo puede ejercer presión en nosotros si nosotros permitimos que esa presión se ejerza en nosotros, ya que esa curiosamente en nuestra libertad, aceptarla o no.

Dios es apertura, expansión, actividad verdadera, amorosa e incesante. Si realmente Dios no quiere someternos y ama nuestra libertad por encima de todo, al ser algo maravilloso porqué nosotros hemos de limitarla con nuestras propias restricciones o con imposiciones de los demás... porqué auto-limitar nuestro Ser si el mismo Dios, Aquél que lo sabe todo, no lo hace; seamos verdaderamente libres, en ese elemento reside nuestra verdadera fuerza como hijos de Dios, pues el límite está en uno mismo y por tanto la limitación de nuestra propia fuerza y vida la elige y acepta uno mismo, al aceptar que la opinión limitante de otros respecto de nosotros es más correcta que la nuestra propia o al tener la persona una imagen sesgada de sí misma y de su verdadera fuerza. Por tanto, aceptemos nuestra fuerza, empezando por amarse cada uno a sí mismo, tanto en la parte de luz como de oscuridad, y con esa aceptación de uno mismo hagamos el camino hacia la libertad interior, seamos verdaderamente libres ... a imagen y semejanza de Dios.

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